El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, la roca en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios por ayuda. Él me escucho. ¡mi clamor llegó a sus oídos! Basado en el Salmo 18:2,6 de la Nueva Versión Internacional